A la hora de instaurar normas en casa es fundamental tener en cuenta la forma de comunicar las mismas, así como especificar qué se espera de cada miembro de la familia en cada momento y qué ocurrirá si se incumplen las normas, permitiendo a los distintos miembros expresar sus opiniones al respecto, debatiendo sobre distintas formas de adaptar las normas a cada situación propuesta. A continuación, exploraremos algunas pautas para establecer normas de forma eficaz en el hogar.
La comunicación es la base para resolver cualquier conflicto. Es importante que todos los miembros de la familia se sientan seguros para expresar sus sentimientos y opiniones sin temor a ser juzgados o reprimidos. Fomentar un ambiente de comunicación abierta y honesta implica escuchar activamente, validar las emociones de los demás y evitar interrumpir. Utilizar frases como «Yo siento» en lugar de «Tú siempre» puede ayudar a expresar las emociones sin culpar a los demás.
Ponerse en el lugar del otro y tratar de comprender su perspectiva es crucial para resolver conflictos. A menudo los conflictos surgen cuando no contemplamos el punto de vista de la otra persona asumiendo intenciones hostiles detrás de la conducta del otro. Algunas preguntas que pueden fomentar la empatía son: «¿Cómo te sientes?» o «¿Qué necesitas en este momento?» puede ayudar a fomentar la empatía, así como frases como “Entiendo lo que quieres decir”, “Debe ser muy difícil manejar esta situación en este momento”..
Establecer reglas y límites claros sobre cómo manejar los conflictos puede prevenir escaladas innecesarias. Estas reglas pueden incluir no levantar la voz, evitar insultos, y tomarse un tiempo para calmarse si las emociones se vuelven demasiado intensas. La elección del momento para abordar un conflicto es esencial para mantener el respeto y la calma durante las discusiones.
En lugar de centrarse en quién tiene razón o quién está equivocado, es más productivo buscar soluciones colaborativas que satisfagan las necesidades de todos los involucrados. Esto implica trabajar juntos haciendo lluvia de ideas y sopesando pros y contras de cada solución propuesta con una actitud positiva y de respeto, realizando críticas constructivas a las soluciones aportadas y evitando los juicios y descalificaciones.
En algunos casos, los conflictos familiares pueden ser demasiado complejos o intensos para ser manejados sin ayuda externa. Por eso es importante acudir a un profesional de la psicología o un terapeuta familiar que proporcione herramientas y estrategias adicionales para manejar los conflictos. Además, esto puede ayudar a adoptar una perspectiva imparcial y facilitar la comunicación y la resolución de problemas entre los miembros de la familia.
Coclusión
Manejar los conflictos en la familia de manera constructiva es fundamental para mantener relaciones saludables y armoniosas. Fomentar la comunicación abierta y honesta, practicar la empatía, establecer reglas claras y buscar soluciones colaborativas son pautas efectivas y fundamentales para abordar y resolver los conflictos. Al implementar estas estrategias, las familias pueden transformar los conflictos en oportunidades para crecer y fortalecer sus lazos, creando un ambiente de respeto y amor mutuo.
Referencias Bibliográficas
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